domingo, 28 de noviembre de 2021

Roberto Juarroz

El poeta argentino Roberto Juarroz consigue en nuestro poema de la semana identificar algo tan tangible como una casa con la existencia humana. Poesía despojada de todo lo que no es esencial donde encontramos como dice el propio poeta que el poema puede "abolir en un acto de amor la distancia  entre el hombre y los objetos, entre el hombre y la naturaleza, entre el hombre y el hombre y entre el hombre y la muerte".

                                                  La casa del hombre

Hay que remodelar la casa del hombre,

podarla como se poda un árbol

e introducir en su material más sensible

el delicado injerto de la vida,

para que la casa crezca con el hombre

y también se empequeñezca con él.

 

 

Hay que humanizar la casa del hombre

y retrasar además su destino de ruinas

o de asolada por los bárbaros

que siempre la circundan,

enseñándole para eso a respirar con el hombre

y hasta vivir y morir con él.

 

 

O prepararla por lo menos

para que cuando el hombre se caiga

o escape o se evapore,

la casa del hombre conserve por un tiempo

algo así como el duplicado de su imagen,

una transubstanciación o reminiscencia

de su corta memoria,

hasta entregarla, mejor que otros hombres,

o la publicidad subliminal

de los vientos anónimos del mundo.




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