domingo, 21 de marzo de 2021

Día Mundial de la Poesía

Nos unimos a la celebración hoy del Día Mundial de la Poesía con un poema de Emily Dickinson, una autora que pasó los últimos veinte años de su vida sin salir del hogar familiar en el que vivió siempre. Esa soledad elegida la llevó sin embargo a componer poemas que nos llegan directamente al corazón, atemporales, que nos proporcionan consuelo en nuestro mundo obligatoriamente aislado.

«That I did always love» (549)

 

That I did always love

I bring thee Proof

That till I loved

I never lived —Enough—

 

That I shall love alway—

I argue thee

That love is life—

And life hath Immortality—

 

This—dost thou doubt—Sweet—

Then have I

Nothing to show

But Calvary—

 

 

Que yo siempre amé

yo te traigo la prueba

que hasta que amé

yo nunca viví —bastante—

 

que yo amaré siempre—

te lo discutiré

que amor es vida—

y vida inmortalidad—

 

esto —si lo dudas— querido,

entonces yo no tengo

nada que mostrar

salvo el calvario.

 

 

                                                                                 Traducción de Silvina Ocampo



 

 


domingo, 14 de marzo de 2021

Jaime Siles

Un año ya desde el momento en que todo cambió y todavía no se vislumbra el final de la pesadilla. Sin embargo, no queremos rendirnos y creemos firmemente en que en algún momento habrá una vuelta no a nuestras viejas costumbres, pero sí a un mundo más humanizado. Esa esperanza ha acompañado a los hombres desde antiguo, como rememora Jaime Siles en nuestro poema de la semana. Los griegos abandonados a su suerte en medio del imperio persa sufren penalidades sin fin hasta alcanzar el mar, que supone la forma de escapar de todo ese sufrimiento y lloran y se abrazan gritando: "¡el mar, el mar!". Nuestros abrazos también llegarán. 

Sobre un instante griego

¿Hay un momento más hermoso y único en la historia

que aquel en que los griegos de la Anábasis, drakuontes,

“con lágrimas en los ojos”, pudieron ver por fin el mar?

Pienso que no, aunque quiero creer que hubo,

hay y habrá otros muchos instantes como aquel.

Esos momentos son los que, con más entusiasmo

y pasión debemos recordar. Aprendemos en ellos tantas cosas:

estuvimos allí antes de tener nosotros existencia y seguimos

y seguiremos estando y asistiendo como testigos siempre

a su mágica y coral intensidad. Lo profundo del tiempo

allí se manifiesta, y la verdad del ser humano se nos da.

En un momento u otro de la vida todos somos partícipes

de su misma alegría y sentimos dentro de nosotros

aquella mágica y coral intensidad que Jenofonte narra.




domingo, 7 de marzo de 2021

Día Internacional de la Mujer

Mañana 8 de marzo volveremos un año más a celebrar el Día Internacional de la Mujer, sin concentraciones ni manifestaciones por la pandemia, pero con el mismo espíritu de lucha con el que llevamos mucho tiempo combatiendo por la igualdad entre hombres y mujeres. Eso es lo que recuerda el poema de Alejandra Pizarnik que hemos escogido para esta semana: muchas mujeres lucharon antes que nosotras y esperemos que alguna vez este día no tenga sentido porque realmente la igualdad habrá llegado.

             Soy mujer

Soy mujer.

 Y un entrañable calor me abriga

cuando el mundo me golpea.

Es el calor de otras mujeres,

de aquellas que hicieron de la vida

este rincón sensible, luchador,

de piel suave y corazón guerrero.



 

 


lunes, 1 de marzo de 2021

Joan Margarit, in memoriam

Hace unas semanas, antes de las vacaciones de semana blanca, falleció el poeta Joan Margarit. Para rendirle un modesto homenaje hemos escogido uno de los bellos poemas que dedicó a su hija Joana, perteneciente al libro en el que el autor se siente huérfano por la ausencia de la hija al igual que nosotros nos sentimos por su desaparición.


                 SÚPLICA

De esta invernal mañana, amable y tibia,

por favor, no te vayas,

quédate sumergida en este patio

como si hubieses naufragado

dentro de nuestra vida.

Bajo el laurel, entre las aspidistras

de verdes hojas, anchas y románticas,

por favor, no te vayas, no te vayas.

 

Todo está preparado para ti.

Quédate, por favor, y no te vayas.

Tu fugaz triunfo sobre el nunca más,

dime si lo recuerdas: necesito

unas palabras con la clara y honda

voz de tu ausencia. Pero te recoges,

callada, en el pasado,

un lecho de tristeza fulgurante.

 

Así fuiste encerrándote, a lo largo de ocho meses,

en el capullo de la oscuridad,

y ahora, horrorizada por la luz,

surge aleteando la furiosa,

pálida mariposa de la muerte.

 

Pero, si estás muriéndote, aún vives,

y hago estallar la última alegría

de tu rostro cansado y las pequeñas

manos entre las mías. Y repito:

estar muriéndote es vivir aún.

De esta invernal mañana, amable y tibia,

por favor, no te vayas, no te vayas.

 

Súplica

 

D’aquest matí d’hivern, amable i tebi,

per favor, no te’n vagis

i queda’t submergida en aquest pati,

com un naufragi, dins la nostra vida.

Entre el llorer i els testos d’aspidistres

de fulles verdes, amples i romàntiques,

per favor, no te’n vagis, no te’n vagis.

 

Tot està preparat perquè tu hi siguis,

doncs, queda’t, per favor, i no te’n vagis.

Digue’m si te’n recordes: necessito

unes paraules amb la clara i fonda

veu de l’absència per preguntar-te

pel teu fugaç triomf sobre el mai més.

Però calles, descanses al passat,

aquest llit de tristesa fulgurant.

 

I així has anat tancant-te en la poncella

de la fosca durant aquests vuit mesos,

fins que ara, horroritzada per la llum,

sorgeix aletejant la papallona

pàl•lida, furiosa, de la mort.

 

Però, si estàs morint-te, encara vius,

i faig esclatar l’última alegria

del teu rostre cansat

amb les petites mans entre les meves.

Morir-se encara és viure, em repeteixo.

D’aquest matí d’hivern, amable i tebi,

per favor, no te’n vagis, no te’n vagis.