domingo, 7 de noviembre de 2021

Kathleen Raine

La poeta británica Kathleen Raine nos invita en nuestro poema de la semana a buscar en la naturaleza la calma necesaria para vivir en un mundo que lo devora todo a velocidad de vértigo. Disfrutar del canto de los pájaros y del sosiego de un jardín nos remite a nuestra esencia más íntima como parte de algo más grande que nosotros mismos. 

              HABRÍA ESCRITO…

 

Habría escrito un poema diferente,

pero, al detenerme un momento en mi jardín sin desbrozar,

sentí, súbitamente, el paraíso descendiendo en el sol de la mañana

filtrado entre las hojas,

iluminando el suelo exiguo de Londres, tocando con verde

transparencia las células de la vida.

El mirlo bajó de un brinco, vinieron el gorrión y el petirrojo,

y el tordo, cuyo nido, a buen seguro, está oculto

en algún sitio, entre edificios invasores

de muros que asedian,

mas para los pájaros de ciudad inagotables aguas vivas

colman una taza de piedra desde un caño de jardín.

 

Me digo que pronto será hora

de volver a la casa, al quehacer diario,

pero aquí el tiempo ni viene ni se va.

No se apresuran los pájaros, su día

ni comienza ni termina.

¿Qué me impide quedarme? Por qué dejar

este estado, donde siempre se es,

y sólo el tiempo nos desprende

de este sencillo lugar oculto, siempre presente.

 

                                       Traducción de Adolfo Gómez Tomé

 

 

 

  I HAD MEANT TO WRITE...

                   

I had meant to write a different poem,

But, pausing for a moment in my unweeded garden,

Noticed, all at once, paradise descending in the morning sun

Filtered through leaves,

Enlightening the meagre London ground, touching with green

Transparency the cells of life.

The blackbird hopped down, robin and sparrow came,

And the thrush, whose nest is hidden

Somewhere, it must be, among invading buildings

Whose walls close in,

But for the garden birds inexhaustible living waters

Fill a stone basin from a garden hose.

 

I think, it will soon be time

To return to the house, to the day’s occupation,

But here, time neither comes nor goes.

The birds do not hurry away, their day

Neither begins nor ends.

Why can I not stay? Why leave

Here, where it is always,

And time leads only away

From this hidden ever-present simple place.



 


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