domingo, 18 de diciembre de 2016

Un poema navideño
Para cerrar el trimestre y el año en Palabra de poeta traemos esta semana un poema dulce y delicado de Luis Rosales con una escena del portal de Belén como fondo.

   De cómo estaba la luz….

 

 
            El sueño como un pájaro crecía

            de luz a luz borrando la mirada;

            tranquila y por los ángeles llevada,

            la nieve entre las alas descendía.



            El cielo deshojaba su alegría,

            mira la luz el niño, ensimismada,

            con la tímida sangre desatada

            del corazón, la Virgen sonreía.



            Cuando ven los pastores su ventura,

            ya era un dosel el vuelo innumerable

            sobre el testuz del toro soñoliento;



            y perdieron sus ojos la hermosura,

            sintiendo, entre lo cierto y lo inefable,

            la luz del corazón sin movimiento


domingo, 11 de diciembre de 2016

Los caballos de Aquiles
Esta semana traemos a Palabra de poeta el diálogo que se establece entre dos poetas a través de la tradición clásica. Homero en el canto XVII de la Ilíada narra el episodio de la tristeza casi humana que se apodera de los caballos de Aquiles cuando Patroclo cae a manos de Héctor. Estos caballos, Janto y Balio, habían sido un regalo de Poseidón al padre de Aquiles por su boda con la diosa Tetis. Los caballos son inmortales, pero sienten el terrible dolor que sufrirá su amo por la pérdida de su amado Patroclo. Kavafis transmite ese dolor y abre un diálogo con su fuente de inspiración que nos conmueve a través de los siglos.

           Los caballos de Aquiles

Cuando vieron que Patroclo había sucumbido,
tan valeroso él, tan fuerte y joven,
los caballos de Aquiles se entregaron al llanto:
les indignaba en su inmortal naturaleza
el contemplar esa obra de la muerte.
Sacudían sus testas y agitaban sus largas crines,
golpeaban la tierra con sus cascos, y se lamentaban
por Patroclo, al que sentían inerte, devastado;
ya mera carne sin valor, su espíritu perdido;
indefenso, sin aliento.
Vuelto ya desde la vida a la gran Nada.

De los inmortales caballos vio Zeus las lágrimas
y sintió pena. «En las bodas de Peleo»,
dijo, «no debí obrar con tanta insensatez: ¡mejor
que os hubiera dado en obsequio, caballos míos
desventurados! ¿Qué se os habrá perdido aquí
entre los míseros humanos, los juguetes del destino?
Vosotros, que ni os guarda la muerte, ni la vejez,
pasajeras desgracias os someten. En sus propios tormentos
os enredaron los hombres». Pero sus lágrimas,
por la durable desgracia de la muerte,
seguían derramando esos dos nobles animales.


domingo, 4 de diciembre de 2016

LI  BAI
Esta semana nos va a acompañar el más famoso de los poetas chinos. Li Bai, o Li Bo como también se le conoce,  es el poeta más reconocido en la literatura clásica china. Llamado " el poeta inmortal",  nació en el año 701 en la época de mayor esplendor de la dinastía Tang. Compuso más de 900 poemas que han sido traducidos a todas las lenguas. Entre sus traductores más destacados está el poeta Ezra Pound.
Sus poemas expresan con un lenguaje conciso y claro un profundo romanticismo. Sus imágenes destilan una contenida emoción, como la soledad que siente la mujer que espera al amado.


Los cuervos que graznan por la tarde

 

Doradas nubes bañan la muralla.

Los negros cuervos graznan sobre sus nidos,
nidos en los que quisieran descansar.

En tanto, la joven esposa suspira, sola y triste,
sus manos abandonan el telar,
sus ojos están fijos en la azul cortina del cielo,
cortina que parece separarla del mundo,
como la leve niebla oscurece el río.

Está sola: el esposo viaja por países lejanos;
todas las noches está sola en su alcoba.

La soledad le oprime el corazón,
y sus lágrimas, como fina lluvia, caen en tierra.