domingo, 16 de junio de 2019

Fin de temporada
La próxima semana será la última completa de clases y este blog cierra por vacaciones como ya es tradición con Jaime Gil de Biedma. El poeta nos propone en el poema un modo de vida para enfrentarnos a los avatares de nuestra vida. No estaría de más que ese fuera nuestro propósito para este verano que ahora comienza. ¡Feliz verano a todos!

               Resolución

 

Resolución de ser feliz

por encima de todo, contra todos

y contra mí, de nuevo

-por encima de todo, ser feliz-

vuelvo a tomar esa resolución.

 

 Pero más que el propósito de enmienda

 dura el dolor del corazón.

domingo, 9 de junio de 2019

Jaime Siles
Ahora que se acercan las vacaciones de verano es el momento adecuado para adentrarnos en la lectura de los clásicos. Esa lectura ha acompañado la vida del poeta y profesor Jaime Siles (Valencia, 1951). Su trayectoria profesional e intelectual ha estado ligada a la filología clásica (actualmente es el presidente de la Sociedad Española de Estudios Clásicos), que también impregna muchos de sus poemas. Es ese el espíritu de nuestro poema de la semana, donde el poeta, que descubrió muy joven la belleza inmortal de la Ilíada, reflexiona sobre nuestra propia caducidad frente a la imperecedera gloria de los versos de Homero.
 
                         LA CUESTION HOMÉRICA: A VUELTAS CON LA ILÍADA

                                 A Don Martín S. Ruipérez,  in memoriam 

Delante de mis ojos veo a Aquiles combatiendo.
Mirmídones y dólopes no se quedan atrás:
avanzan con su armamento hoplítico, mientras
Héctor y los troyanos cierran filas en frente
y las flechas de ambos se cruzan en el aire
como enjambres de abejas
y las lanzas de bronce brillan bajo el intenso sol.
Tengo dieciséis años y leo en griego
los versos de la Ilíada que ignoro entonces
cuánto y de cuántas formas me van a acompañar.
Cóncavas naves navegan por mi mente.
Catálogos de armas y guerreros también.
Se me va haciendo familiar su estilo:
tanto el de ellos como el de las palabras
que cada hexámetro, bajo la luz del flexo,
extiende sobre mí. Quiero que los aqueos
venzan y los troyanos pierdan , o al revés.
Me gustan los parlamentos de los dioses.
Admiro la belleza de Helena, que imagino,
los recursos de Ulises, la humanidad de Héctor,
los consejos de Hipóloco a Glauco y cómo
las generaciones de los hombres
– como las de las hojas – están destinadas a caer.
Todo está dicho – muy bien dicho- allí.
Cada composición tiene estructura,
cada ser humano es un relato, cada héroe
es una canción. Leo cómo los dos ejércitos
se mueven, cómo va sucediendo todo
lo que en la caída de Troya sucedió.
Tengo sesenta y cinco años y leo a Homero
en griego y ya no soy aquel ni el mismo
muchacho que hace cincuenta años lo leyó.
El texto no ha cambiado y sigue siendo el mismo.
Delante de mis ojos Aquiles sigue
combatiendo. Los mirmídones y los dólopes
no se quedan atrás : avanzan con su armamento
hoplítico, mientras frente a ellos cierran filas
Héctor y los troyanos y las flechas de ambos
se cruzan en el aire como enjambres de abejas
y las lanzas de bronce brillan bajo el intenso sol.
La familia de Príamo contempla cómo se desarrollan
los combates y las cóncavas naves varadas en la playa
y las tiendas del campamento aqueo y a Menelao
y Agamenón. Soy yo, y no ellos, el que cambia.
Soy yo el que, al no formar parte de la Ilíada,
está de antemano condenado a morir. Navego
por la página como el sol por sus rutas
y voy viendo cadáveres cerca o en torno a mí
y no son de troyanos ni de aqueos ni de dólopes :
son de padres , familiares y amigos . Nada
muere en el verso: el ritmo del hexámetro
con su ámbar protege el tiempo que no acaba
nunca de suceder, pero el nuestro termina.
 
 

domingo, 2 de junio de 2019

Kathleen Raine
La semana próxima  se celebra el Día Mundial del Medioambiente, así que que para contribuir a la efeméride hemos recurrido a una poeta que amó la naturaleza por encima de todo. Kathleen Raine (Londres, 1908-Londres, 2003) estudió ciencias naturales en Cambridge y participó del ambiente literario de la universidad. Su obra queda lejos de las corrientes poéticas del siglo XX para centrarse en la búsqueda de la esencia universal del ser humano que ella identifica con el mundo natural. Con palabras sencillas y directas su poesía busca la vuelta al edén en el que haya una comunicación fluida entre la vida interior y la exterior. La traducción la ha realizado Adolfo Gómez Tomé.

I HAD MEANT TO WRITE...

I had meant to write a different poem,
But, pausing for a moment in my unweeded garden,
Noticed, all at once, paradise descending in the morning sun
Filtered through leaves,
Enlightening the meagre London ground, touching with green
Transparency the cells of life.
The blackbird hopped down, robin and sparrow came,
And the thrush, whose nest is hidden
Somewhere, it must be, among invading buildings
Whose walls close in,
But for the garden birds inexhaustible living waters
Fill a stone basin from a garden hose.

I think, it will soon be time
To return to the house, to the day’s occupation,
But here, time neither comes nor goes.
The birds do not hurry away, their day
Neither begins nor ends.
Why can I not stay? Why leave
Here, where it is always,
And time leads only away
From this hidden ever-present simple place.




 
                                   HABRÍA ESCRITO…
Habría escrito un poema diferente,
pero, al detenerme un momento en mi jardín sin desbrozar,
sentí, súbitamente, el paraíso descendiendo en el sol de la mañana
filtrado entre las hojas,
iluminando el suelo exiguo de Londres, tocando con verde
transparencia las células de la vida.
El mirlo bajó de un brinco, vinieron el gorrión y el petirrojo,
y el tordo, cuyo nido, a buen seguro, está oculto
en algún sitio, entre edificios invasores
de muros que asedian,
mas para los pájaros de ciudad inagotables aguas vivas
colman una taza de piedra desde un caño de jardín.
Me digo que pronto será hora
de volver a la casa, al quehacer diario,
pero aquí el tiempo ni viene ni se va.
No se apresuran los pájaros, su día
ni comienza ni termina.
¿Qué me impide quedarme? Por qué dejar
este estado, donde siempre se es,
y sólo el tiempo nos desprende
de este sencillo lugar oculto, siempre presente.