Mário Dionísio
Ayer fue el Día del Trabajo y de nuevo se llenaron las calles de trabajadores protestando por las penosas condiciones laborales que había antes de la pandemia y que la enfermedad ha agravado más aún. Hemos recordado un poema del poeta y pintor portugués Mário Dionísio, perteneciente al grupo de poetas Novo Cancioneiro, que lleva la creación poética a las calles y reivindica una vida digna para todos. La ilustración que acompaña el poema es un cuadro del poeta titulado Mulher à mesa.
ARTE POÉTICA
La
poesía no está en las ojeras inmorales de Ofelia
ni
en el jardín de lilas.
La
poesía está en la vida.
En
las inmensas arterias llenas de gente en todas direcciones,
en
los constantes ascensores,
en
la cola de rápidos automóviles, de todas las formas y todos los colores,
en
las máquinas de la fábrica
y
en los obreros de la fábrica
y
en el humo de la fábrica.
La
poesía está en el grito del chaval que pregona diarios,
en
el vaivén de millones de personas hablando, riendo o maldiciendo.
Está
en la risa de la rubia del estanco,
vendiendo
un paquete de tabaco y una caja de cerillas.
Está
en los pulmones de acero cortando el espacio y el mar.
La
poesía está en la dársena,
en
los brazos negros de los cargadores de carbón,
en
el beso intercambiado en el minuto entre el trabajo y el almuerzo
—y
sólo ese minuto duró.
La
poesía está en todo cuanto vive, en todo el movimiento,
en
las ruedas de los trenes caminando, caminando, caminando
hacia
tierras siempre más allá, lejos,
en
las manos sin guantes extendidas hacia senos sin velos,
en
la angustia de la vida.
La
poesía está en la lucha de los hombres,
está
en los ojos rasgados abiertos al mañana.
Traducción
de Perfecto E. Cuadrado.
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