Antonio Machado
En estos primeros días de primavera hemos recordado un hermoso poema de Antonio Machado lleno de nostalgia y emoción. El poeta rememora el paisaje primaveral de la tierra de Castilla desde el sur, en concreto desde Baeza, a donde se había trasladado tras la muerte de Leonor. El paisaje renace y renueva nuestras esperanzas aunque nuestro corazón esté todavía anclado en lo que hemos perdido.
A
José María Palacio
Palacio, buen amigo,
¿está la primavera
vistiendo ya las ramas de los
chopos
del río y los caminos? En la
estepa
del alto Duero, Primavera
tarda,
¡pero es tan bella y dulce
cuando llega!...
¿Tienen los viejos olmos
algunas hojas nuevas?
Aún las acacias estarán
desnudas
y nevados los montes de las
sierras.
¡Oh mole del Moncayo blanca y
rosa,
allá, en el cielo de Aragón,
tan bella!
¿Hay zarzas florecidas
entre las grises peñas,
y blancas margaritas
entre la fina hierba?
Por esos campanarios
ya habrán ido llegando las
cigüeñas.
Habrá trigales verdes,
y mulas pardas en las
sementeras,
y labriegos que siembran los
tardíos
con las lluvias de abril. Ya
las abejas
libarán del tomillo y el
romero.
¿Hay ciruelos en flor? ¿Quedan
violetas?
Furtivos cazadores, los
reclamos
de la perdiz bajo las capas
luengas,
no faltarán. Palacio, buen
amigo,
¿tienen ya ruiseñores las
riberas?
Con los primeros lirios
y las primeras rosas de las
huertas,
en una tarde azul, sube al
Espino,
al alto Espino donde está su
tierra...
Baeza, 29 de abril de 1913
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