Jorge Luis Borges
Mantener la cordura aferrándonos a la belleza que hay en los gestos simples y cotidianos, buscar la sencillez para estar a salvo de la catástrofe que pende como la espada de Damocles sobre nuestras cabezas, eso y mucho más es lo que nos plantea el poema de Borges de esta semana.
Los justos
Un hombre que cultiva un
jardín, como quería Voltaire.
El que agradece que en la
tierra haya música.
El que descubre con placer una
etimología.
Dos empleados que en un café
del Sur juegan un silencioso ajedrez.
El ceramista que premedita un color
y una forma.
Un tipógrafo que compone bien
esta página, que tal vez no le agrada.
Una mujer y un hombre que leen
los tercetos finales de cierto canto.
El que acaricia a un animal
dormido.
El que justifica o quiere
justificar un mal que le han hecho.
El que agradece que en la
tierra haya Stevenson.
El que prefiere que los otros
tengan razón.
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