Joan Margarit, in memoriam
Hace unas semanas, antes de las vacaciones de semana blanca, falleció el poeta Joan Margarit. Para rendirle un modesto homenaje hemos escogido uno de los bellos poemas que dedicó a su hija Joana, perteneciente al libro en el que el autor se siente huérfano por la ausencia de la hija al igual que nosotros nos sentimos por su desaparición.
SÚPLICA
De esta invernal
mañana, amable y tibia,
por favor, no te vayas,
quédate sumergida en
este patio
como si hubieses
naufragado
dentro de nuestra vida.
Bajo el laurel, entre
las aspidistras
de verdes hojas, anchas
y románticas,
por favor, no te vayas,
no te vayas.
Todo está preparado
para ti.
Quédate, por favor, y
no te vayas.
Tu fugaz triunfo sobre
el nunca más,
dime si lo recuerdas:
necesito
unas palabras con la
clara y honda
voz de tu ausencia.
Pero te recoges,
callada, en el pasado,
un lecho de tristeza fulgurante.
Así fuiste
encerrándote, a lo largo de ocho meses,
en el capullo de la
oscuridad,
y ahora, horrorizada
por la luz,
surge aleteando la
furiosa,
pálida mariposa de la
muerte.
Pero, si estás
muriéndote, aún vives,
y hago estallar la
última alegría
de tu rostro cansado y
las pequeñas
manos entre las mías. Y
repito:
estar muriéndote es
vivir aún.
De esta invernal
mañana, amable y tibia,
por favor, no te vayas,
no te vayas.
Súplica
D’aquest matí d’hivern, amable i tebi,
per favor, no te’n
vagis
i queda’t submergida en
aquest pati,
com un naufragi, dins
la nostra vida.
Entre el llorer i els
testos d’aspidistres
de fulles verdes,
amples i romàntiques,
per favor, no te’n
vagis, no te’n vagis.
Tot està preparat
perquè tu hi siguis,
doncs, queda’t, per
favor, i no te’n vagis.
Digue’m si te’n
recordes: necessito
unes paraules amb la
clara i fonda
veu de l’absència per
preguntar-te
pel teu fugaç triomf
sobre el mai més.
Però calles, descanses
al passat,
aquest llit de tristesa
fulgurant.
I així has anat
tancant-te en la poncella
de la fosca durant
aquests vuit mesos,
fins que ara,
horroritzada per la llum,
sorgeix aletejant la
papallona
pàl•lida, furiosa, de
la mort.
Però, si estàs
morint-te, encara vius,
i faig esclatar
l’última alegria
del teu rostre cansat
amb les petites mans
entre les meves.
Morir-se encara és
viure, em repeteixo.
D’aquest matí d’hivern, amable i tebi,
per favor, no te’n
vagis, no te’n vagis.
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