domingo, 29 de enero de 2017

Manuel Vilas
Esta semana traemos a Palabra de poeta al periodista Manuel Vilas. El autor también ha publicado varias novelas y ensayos además de ser un reconocido poeta. En palabras del autor:  "No podemos esconder el lado oscuro de la vida". Esa es la línea de pensamiento de este poema que  nos hace reflexionar sobre la vida que llevamos y las máscaras que usamos en nuestra relación con los demás.


                                     Lavabos

 

        Imagínate que estás en una comida importante,

        que has bebido mucho y te has hecho el gracioso

        porque con los tristes nadie queda a comer,

        te levantas, buscas el lavabo, te miras al espejo, te tiembla el alma.

        Imagínate en un bar, bebiendo muchas cervezas con amigos.

        Entras en el lavabo,

        después de haber interpretado el icono de la puerta,

        donde sale un hombre con chistera, ¿qué hago en este mundo?

        Lavabos de gasolineras, de cines, de hospitales, pequeños lavabos

        de establecimientos ínfimos.

        Lavabos de los bingos, de las autopistas,

        de los MacDonald´s, de los colegios,

        de los bares de alterne, lavabos sin usar de El Corte Inglés,

        lavabos muy usados del Tanatorio de Torrero, lavabos a la intemperie

        del Coso de la Misericordia. Lavabos muy limpios últimamente

        en todas partes.

        Baldosas relucientes y fragancias que descienden de las rendijas del techo.

        Quemaduras encima de los secadores de aire caliente con tubo plateado.

        Jabones de fresa industrial que no hacen espuma

        y no lavan la carne de tus manos.

        Espejos grandes. Mucha luz. Muchos vatios.

        Y lavabos de lujo con toallas de verdad y grifos gigantescos

        imitando a los grifos antiguos.

        Y cuando estás allí, ¿en qué piensas?

        En qué piensas en esos tres minutos en que te vence ese silencio

        y queda suspendida la vida social, la alegría y los chistes,

        la máscara y la risa de los bares y de los restaurantes

        y te metes allí, y coincides allí con un desconocido

       que te dice

        “bienvenido a la oscuridad”.
 
 

 

2 comentarios:

  1. Simplemente impresionante.De nuevo nos acercas un buen poeta y una buena poesía. Gracias.

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  2. Es poesía que conmueve y agita nuestra conciencia al mismo tiempo. Gracias por tu comentario

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