Revisitando a los clásicos
Al hilo de las XIII jornadas de cultura clásica del centro hemos vuelto a los poetas clásicos cuya vigencia es indiscutible. En concreto, al poeta hispano Marcial, cuyos consejos para llevar una vida feliz escritos hace casi 2000 años podrían ser una guía de vida para muchos de nosotros todavía hoy. Es un poema menos conocido que la oda Carpe diem de Horacio, pero con el mismo espíritu.
MARCO VALERIO MARCIAL Epigrama X, 47
Vitam quae faciant beatiorem,
Iucundissime Martialis, haec
sunt:
Res non parta labore, sed
relicta;
Non ingratus ager, focus
perennis;
Lis numquam, toga rara, mens
quieta;
Vires ingenuae, salubre
corpus;
Prudens simplicitas, pares
amici;
Convictus facilis, sine arte
mensa;
Nox non ebria, sed soluta
curis;
Non tristis torus, et tamen
pudicus;
Somnus, qui faciat breves
tenebras:
Quod sis, esse velis nihilque
malis;
Summum nec metuas diem nec
optes.
Las cosas que pueden hacer una vida
más dichosa,
queridísimo Marcial, son éstas:
una posesión no parida con esfuerzo,
sino heredada,
un campo no desagradecido,
un hogar siempre encendido;
disputa nunca, rara vez etiqueta,
mente sosegada;
fuerzas propias de hombre libre,
cuerpo saludable;
ingenuidad inteligente, amigos de la
misma clase;
dieta sencilla, mesa sin
sofisticación;
una noche sin borrachera, pero libre
de cuitas;
un lecho que no sea triste y sea,
sin embargo, recatado;
un sueño que haga breves las
tinieblas;
que quieras ser lo que eres y no
prefieras otra cosa,
y que no temas tu último día ni lo
desees.
Traducción de Alfredo Encuentra Ortega
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