domingo, 30 de enero de 2022

Vientos de guerra

En estos días asistimos con preocupación a la escalada de tensión prebélica en las fronteras del este de Europa. La poesía también ha reflexionado sobre los horrores de las guerras. En concreto nuestro poema de la semana es obra de Georg Trakl, un poeta austrohúngaro que participó en la Primera Guerra Mundial como asistente de farmacia. Las experiencias vividas en la batalla de Grodek afectaron a su salud mental y le condujeron meses más tarde al suicidio. Esperemos que los dirigentes mundiales apuesten por la paz.

                            Grodek

En la noche resuenan los bosques otoñales

Con letal artillería, y las doradas planicies,

Los lagos azules permanecen quietos mientras el sol

Rueda oscuramente arriba; la noche envuelve

A los agonizantes soldados, el salvaje lamento

De sus bocas rotas.

Allí, en silencio, sobre los pastizales

Se amasan rojas nubes que habita un dios enfurecido,

La sangre vertida con frialdad lunar;

Todos los caminos desembocan en negra carroña. 

Bajo el dorado follaje de la noche y las estrellas

Se mecen sombras hermanas a través de una silenciosa floresta,

Saludando las almas heroicas, cabezas ensangrentadas;

Y suave suenan al unísono las oscuras flautas de otoño.

¡Oh, soberbia tristeza! Altares de plata,

Hoy la ardiente llama del alma alimenta una pena inmensa,

Los nietos aún no nacidos.




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