La poeta cordobesa Elena Medel es una de las voces más consolidadas de la poesía española. Dirige la editorial de poesía La Bella Varsovia y coordina el proyecto Cien de cien que se propone visibilizar la obra de poetas españolas del siglo XX. Es autora también de ensayos como Todo lo que hay que saber sobre poesía, manual lleno de curiosidades e historias sobre poetas.
En una charla celebrada este viernes pasado en Marbella, el poeta Manuel Vilas decía que no hay amor más incondicional que el de los padres. A su madre y a la de cada uno de nosotros dedica la autora este bello poema, homenaje y duelo de orfandad perenne al mismo tiempo.
Escribiré quinientas veces el nombre de mi madre...
Escribiré quinientas veces
el nombre de mi madre.
Con un vestido blanco
trazaré cada una de sus letras por las
paredes de mi dormitorio, por el
suelo del patio del
colegio, por el pasillo de la casa
más antigua. Para
recordar mi origen cada vez que yo
viva.
En todos los lugares podré
besar sus mejillas limpias de
cristal, aunque ella duerma lejos:
sus mejillas cercanas que me
dolerán allá donde acaricie
su nombre escrito.
Tantos días, tantas noches
habrá de alimentarme
amorosamente con su parábola
descalza;
vendrá mi madre a arroparme,
mujer de humo, con los ojos
tiritando de suerte,
y en cada sueño mis
apellidos dolerán como un cartel de
bienvenida a un hogar diferente.
Sobre mi cabello, rubio como
el de mi madre, la corona que
me ciño como hija primogénita de
Dinamarca.
Me llamaré Vacía, en honor a
mis muertos; miraré cómo
retozan de acrílico las palmas de
mis manos, sangrará
mi lengua a disposición de mis muertos.
Gritaré quinientas veces el
nombre de mi madre para quien
quiera escucharlo, y escribiré que
bendigo este medio
corazón en huelga mío, pues no
olvido:
nací para llorar la muerte
de otros.
Tremendo. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias , Antonio. Ya sé que tú entiendes perfectamente el mundo interior de este poema.
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