Miguel D'Ors
El poeta gallego Miguel D'Ors rinde un hermoso homenaje a sus abuelos en nuestro poema de la semana. Las manos del abuelo, las zapatillas de la abuela trascienden su sencillez para expresar el amor del nieto a sus mayores. En este Día de Todos los Santos tan extraño queremos dedicar el poema a todos aquellos que han perdido a sus abuelos en esta terrible pandemia, que se ha cebado y lo sigue haciendo con la generación que ya sufrió una guerra y sus terribles secuelas.
LOS ABUELOS
El abuelo era blanco; conocía
dos cuevas y sabía seguir
huellas de lobo.
La abuela era menuda y tibia
como un nido:
jugábamos a pájaros con ella.
... Y, alrededor, los dos
llevaban como
un contorno de campos y
palomas:
cruzaban el umbral y parecía
que con ellos entraba el
verano en la casa;
al contarnos los cuentos, en
sus voces
oíamos molinos y cuervos
alejándose
y hasta en las mismas ropas
nos traían
un recuerdo fragante, un
recuerdo lluvioso
del heno y la retama...
... Y el abuelo, qué manos de
valiente,
qué venas, retorcidas como
parras;
las ganas que me daban
de cumplir en un día sesenta y
cuatro años
para tener dos manos como
aquéllas...
Luego, la abuela, aquellas
zapatillas
de nube que llevaba,
aquel ir y venir, como volando,
de la escoba al misal, de sus
gallinas
a las sábanas frescas,
de la labor de lana a los
geranios,
del pan a las mejillas de sus
nietos...
que entonces, suavemente,
quedábamos dormidos
creyendo que la abuela no se
acostaba nunca.
Releer este poema ha sido como regresar a la infacia y añorar lo que perdimos, gracias por mostrarlo.
ResponderEliminarMuy cierto tu comentario. Gracias por seguirnos
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