Walt Whitman
El poema de Walt Whitman de esta semana me lo sugirió Andrea Villarrubia cuando estaba buscando lecturas que nos consuelen en estos aciagos tiempos. Probablemente no sabíamos cuánto echábamos de menos el contacto con los seres queridos. Tal vez solo en un poema se puede condensar esa carencia con hermosura.
Me he dado
cuenta de que basta estar con los que uno quiere,
Me basta
demorarme al atardecer con aquellos que quiero,
Me basta
sentir cerca la hermosa carne, la carne que es curiosa, que respira y que ama.
¿Pasar entre
la gente y tocar alguno, o rozar con el brazo el cuello de un hombre o de una
mujer, no es esto mucho?
No pido otra
alegría, nado en ella como en el mar.
Hay algo en
estar cerca de hombres y de mujeres y de mirarlos, y en su contacto y en su
olor, que es grato al alma,
Todas las cosas son gratas al alma, pero esta es la más grata.