domingo, 21 de junio de 2020

Jaime Gil de Biedma
Y llegó el final del curso más extraño que jamás tuvimos. Nada hacía suponer que el año se desarrollaría como lo ha hecho, pero aquí estamos de nuevo y en estos tiempos inciertos vamos a continuar con nuestra tradición: Jaime Gil de Biedma abre y cierra las temporadas de nuestro blog. Para esta ocasión hemos escogido un poema que nos lleva a reflexionar sobre lo que termina y las expectativas de lo que comienza.
¡Buen verano a todos!


Noches del mes de junio
                                                          A Luis Cernuda
Alguna vez recuerdo
ciertas noches de junio de aquel año,
casi borrosas, de mi adolescencia
(era en mil novecientos me parece
cuarenta y nueve)
porque en ese mes
sentía siempre una inquietud, una angustia pequeña
lo mismo que el calor que empezaba,
nada más
que la especial sonoridad del aire
y una disposición vagamente afectiva.
Eran las noches incurables
y la calentura.
Las altas horas de estudiante solo
y el libro intempestivo
junto al balcón abierto de par en par (la calle
recién regada desaparecía
abajo, entre el follaje iluminado)
sin un alma que llevar a la boca.
Cuántas veces me acuerdo
de vosotras, lejanas
noches del mes de junio, cuántas veces
me saltaron las lágrimas, las lágrimas
por ser más que un hombre, cuánto quise
morir
o soñé con venderme al diablo,
que nunca me escuchó.
Pero también
la vida nos sujeta porque precisamente
no es como la esperábamos.



No hay comentarios:

Publicar un comentario