El poeta vasco Gabriel Celaya fue uno de los representantes más destacados de la poesía social. Su poesía buscó la claridad y denunció la realidad de la triste posguerra española. Sin embargo también compuso poemas de una ternura inmensa como éste que traemos esta semana y que es un homenaje a todas esas personas que se han dejado la vida en esta cruel pandemia que impide a la gente despedirse de sus seres queridos.
Despedida
Quizás,
cuando me muera,
dirán:
Era un poeta.
Y el mundo, siempre bello,
brillará sin conciencia.
Quizás
tú no recuerdes
quién
fui, mas en ti suenen
los anónimos versos que un día
puse en ciernes.
Quizás
no quede nada
de mí,
ni una palabra,
ni una de estas palabras que
hoy sueño en el mañana.
Pero
visto o no visto,
pero
dicho o no dicho,
yo estaré en vuestra sombra,
¡oh hermosamente vivos!
Yo
seguiré siguiendo,
yo
seguiré muriendo,
seré, no sé bien cómo, parte
del gran concierto.