Giacomo Leopardi (1798-1837) fue un poeta italiano marcado por sus lecturas de los autores clásicos. Su influencia es notable en la composición de su obra Idilios, donde celebra la íntima relación entre el hombre y la naturaleza en composiciones de hermosa musicalidad. Estos días de encierro en los que echamos en falta vivir el despertar de la primavera en la propia naturaleza es un buen momento para acercarnos a este poeta.
L’INFINITO -IDILLIO I-
Sempre caro mi fu quest’ermo
colle
E questa siepe, che da tanta
parte
Dell’ultimo orizzonte il
guardo esclude.
Ma sedento e mirando,
interminati
Spazi di là da quella, e
sovrumani
Silenzi, e profondissima
quiette
Io nel pensier mi fingo; ove
per poco
Il cor non si spaura. E come
il vento
Odo stormir tra queste piante,
io quello
Infinito silenzio a questa
voce
Vo comparando: e mi sovvien
l’eterno,
E le morte stagioni, e la
presente
E viva, e il suon di lei. Cosí
tra questa
Inmensità s’annega il pensier
mio:
E il naufragar m’è dolce in
questo mare.
EL INFINITO -IDILIO I-
Siempre amé este yermo monte,
y este promontorio, que me
oculta
la visión del último
horizonte.
Mas sentado, contemplando
los interminables espacios
lejanos,
los silencios sobrehumanos y
su profundísima quietud,
se extravía el pensamiento,
hasta casi liberar mi corazón
del miedo. E igual que el viento
susurra entre estas plantas,
en el infinito silencio mido
mi voz:
y me subyuga lo eterno, y las
estaciones muertas,
y la presente y viva, con toda
su sonoridad.
Así a través de esta
inmensidad se ahoga el pensamiento:
y naufragar en este mar
me es dulce.
No sé cómo lo haces pero siempre queda en un verdadero acierto, saludos
ResponderEliminarGracias. Esperemos poder seguir compartiendo estas palabras
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