La singularidad de la obra de José Ángel Valente hacen de él uno de los poetas más destacados de la lírica del siglo XX. Su absoluta independencia de grupos poéticos y su búsqueda de un lenguaje propio, despojado de todo artificio le dan a su poesía una profundidad y sentimiento esenciales y únicos. Es el caso de nuestro poema de la semana en el que consigue trascender el dolor de la pérdida.
No estabas tú, estaban
tus despojos.
Luego y después de
tanto
morir no estaba el
cuerpo
de la muerte.
Morir
no tiene cuerpo.
Estaba
traslúcido el lugar
donde tu cuerpo
estuvo.
La piedra había sido
removida.
No estabas tú, tu
cuerpo, estaba
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