Un feliz reencuentro con una amiga de muchos años en el Museo Picasso de Málaga es el punto de partida del poema de la semana. Aurora Luque (Almería, 1962) es poeta, traductora y ensayista. Dirigió el Centro Cultural Generación del 27 en Málaga. Ha merecido distinciones como el Premio Federico García Lorca y el Premio Fray Luis de León. Filóloga clásica de formación, ha sido profesora de griego en Málaga durante muchos años, etapa de su vida que ahora considera definitivamente cerrada. Su poesía está marcada por su pasión por los clásicos grecolatinos y la defensa de su vigencia en nuestro mundo. También ha convertido en su causa la lucha por rescatar la obra de autoras olvidadas, como María Rosa de Gálvez.
Ayer hizo una hermosa visita guiada a la exposición "El sur de Picasso", celebrando la libertad del pintor frente a sus modelos clásicos. Esa misma libertad destila el poema en el que ella dialoga con unos bellísimos versos de Mimnermo de Colofón.
Variación sobre un tema muy antiguo
Muerta quisiera estar cuando
ya no me importen
el sabor de los vinos
conversados, la lasitud que sigue
al fervor de un abrazo, las
diferentes túnicas azules
que va estrenando el mar;
cuando deje de amar a las
palabras
como esas diminutas
criaturas sorprendentes
y danzantes que son;
cuando olvide los dones de
una risa
filósofa y burlona
o el olor de una higuera
goteante de mieles;
cuando se hayan gastado las
ganas de pisar
las olas del verano.
Cuando pierda memorias y deje
de saber
que eran fardos envueltos de
un tesoro.
El antiguo decía que los
dioses
hicieron la vejez así de
dura.
Muerta quisiera estar
cuando ya no me importen
estas cosas.
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