Esta semana queremos rendir un homenaje al poeta Marcos Ana recientemente fallecido. Marcos Ana fue el preso político que más tiempo pasó en las cárceles del franquismo, 23 años. La poesía le ayudó a sobrevivir tanto tiempo sin libertad. Sin embargo, después de tanto horror, no tuvo ánimo de revancha. Valgan estas palabras suyas para explicarlo: "Conocí, como tantos compañeros, la pérdida de la libertad. Sufrí la tortura, viví al borde de la muerte... podía haberme convertido en una bestia, pero al contrario, mi experiencia personal me llevó a la conclusión de que nunca sería capaz de ejercer la violencia contra nadie precisamente porque la he sufrido. La única venganza a la que yo aspiro es ver triunfando algún día los nobles ideales por los que yo he luchado y por los que miles de demócratas antifranquistas perdieron su vida o su libertad".
Nuestro homenaje, sentido y sincero, es el poema que da título a su autobiografía Decidme cómo es un árbol.
Decidme
cómo es un árbol
Decidme cómo es un árbol,
contadme el canto de un río
cuando
se cubre de pájaros,
habladme del mar,
habladme del olor ancho del campo
de las
estrellas, del aire.
Recitadme un horizonte sin cerradura
y sin
llave como la choza de un pobre,
decidme cómo es el beso de una mujer,
dadme
el nombre del amor
no lo
recuerdo.
¿Aún
las noches se perfuman de enamorados
tiemblos de pasión bajo la luna
o solo
queda esta fosa,
la luz
de una cerradura
y la
canción de mi rosa?
22
años, ya olvidé
la
dimensión de las cosas,
su
olor, su aroma,
escribo a tientas el mar,
el
campo, el bosque, digo bosque
y he
perdido la geometría del árbol.
Hablo
por hablar asuntos
que
los años me olvidaron.
No
puedo seguir:
escucho los pasos del funcionario