domingo, 24 de enero de 2021

Laura Casielles

Son tiempos para agarrarnos a las pequeñas cosas que alegran nuestra existencia cotidiana: la risa de un niño, la ternura de un anciano, el sol que nos calienta en un día de frío invierno o la ligereza del vuelo de un pájaro, asombroso gesto que nos eleva de las miserias cotidianas. Eso es lo que nos propone la joven poeta y periodista Laura Casielles en nuestra poema de la semana.

LA LEVEDAD DEL PÁJARO

 

Aprender la levedad del pájaro.

Sacar los pies del nido y encontrar

que fuera el mundo es limpio

y el cielo es amplio

y no nos queda nada

por lo que valga la pena no amar.

Aprender

la levedad del pájaro. Respirar.

Sentir cómo pasa el aire

por todas las esquinas del cuerpo,

lo más parecido a volar

que puede hacer una mujer

como yo,

con el corazón

pegado a tierra.

Desafiar

la gravedad

como quien desafía

una norma, aprender

la levedad del pájaro.

Olvidar que las cosas pesan

y echarlas al aire,

quedarse quieta y ver

cómo

les nacen

alas.

Lo más parecido a volar

que puedo hacer,

yo que tengo

los pies

de plomo.

Aprender

la levedad

del pájaro.




 

 


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