Laura Casielles
Son tiempos para agarrarnos a las pequeñas cosas que alegran nuestra existencia cotidiana: la risa de un niño, la ternura de un anciano, el sol que nos calienta en un día de frío invierno o la ligereza del vuelo de un pájaro, asombroso gesto que nos eleva de las miserias cotidianas. Eso es lo que nos propone la joven poeta y periodista Laura Casielles en nuestra poema de la semana.
LA LEVEDAD DEL PÁJARO
Aprender
la levedad del pájaro.
Sacar
los pies del nido y encontrar
que
fuera el mundo es limpio
y
el cielo es amplio
y
no nos queda nada
por
lo que valga la pena no amar.
Aprender
la
levedad del pájaro. Respirar.
Sentir
cómo pasa el aire
por
todas las esquinas del cuerpo,
lo
más parecido a volar
que
puede hacer una mujer
como
yo,
con
el corazón
pegado
a tierra.
Desafiar
la
gravedad
como
quien desafía
una
norma, aprender
la
levedad del pájaro.
Olvidar
que las cosas pesan
y
echarlas al aire,
quedarse
quieta y ver
cómo
les
nacen
alas.
Lo
más parecido a volar
que
puedo hacer,
yo
que tengo
los
pies
de
plomo.
Aprender
la
levedad
del
pájaro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario