domingo, 24 de noviembre de 2019

Contra la violencia de género
También nosotros queremos sumarnos a los actos que se celebran estos días en torno al 25 de noviembre con un poema de la escritora panameña Bertalicia Peralta (Ciudad de Panamá, 1939). Periodista, docente y divulgadora cultural de reconocida trayectoria, su poesía se centra en los temas sociales y políticos. En este poema reivindica la nueva vida que puede construir alguien que consigue escapar del maltrato.

    La única mujer

 

La única mujer que puede ser

Es la que sabe que el sol para su vida

empieza ahora.

La que no derrama lágrimas sino dardos para

sembrar la alambrada de su territorio.

La que no comete ruegos…

La que opina y levanta su cabeza y agita su cuerpo

Y es tierna sin vergüenza y dura sin odios.

La que desaprende el alfabeto de la sumisión

Y camina erguida.

La que no le teme a la soledad porque siempre

Ha estado sola.

La que deja pasar los alaridos grotescos de la violencia

y la ejecuta con gracia.

La que se libera en el amor pleno…

La que ama… la única mujer que puede ser

La única… Es la que dolorida decide por

sí misma salir de su prehistoria.
 
 

 

 

domingo, 17 de noviembre de 2019

Joan Margarit
El Premio Cervantes de 2019 ha sido para un poeta que reivindica la escritura en su propia lengua y no abandona el español al mismo tiempo, ya que traduce sus propios poemas. Joan Margarit (Sanaüja, Lleida, 1938) es uno de los poetas más importantes de nuestro tiempo, dueño de una voz propia y símbolo del entendimiento posible entre las dos culturas, catalana y española. Escribe con realismo de aquellos sentimientos que experimenta: la pérdida, el duelo, la vejez, la poesía como refugio ante la incertidumbre. Nuestro poema de la semana de su libro No era lluny ni difícil es un homenaje a un gran poeta. La ilustración que lo acompaña es del diario El español.

NO ERA LLUNY NI DIFÍCIL

Ha arribat aquest temps
que la vida perduda no fa mal,
que la luxúria és un llum inútil
i l’enveja s’oblida. És un temps
de pèrdues prudents i necessàries,
no és un temps d’arribar, sinó d’anar-se’n.
És ara quan l’amor
coincideix a la fi amb la intel·ligència.
No era lluny ni difícil.
És un temps que només em deixa l’horitzó
com a mesura de la soledat.
El temps de la tristesa protectora.

 

 

 

NO ESTABA LEJOS, NO ERA DIFÍCIL

Ha llegado este tiempo
cuando ya no hace daño la vida que se pierde,
cuando ya la lujuria es tan sólo
una lámpara inútil, y la envidia se olvida.
Es un tiempo de pérdidas prudentes, necesarias,
y no es un tiempo de llegar
sino de irse. El amor, ahora,
por fin coincide con la inteligencia.
No estaba lejos,
no era difícil. Es un tiempo
que no me deja más que el horizonte
como medida de la soledad.
Un tiempo de tristeza protectora.
 
 

 

domingo, 10 de noviembre de 2019

Yannis Ritsos
La tradición clásica nos ayuda a rememorar a los poetas antiguos, pero también a cuestionar los mitos. Eso es lo que hace en nuestro poema de la semana el poeta griego Yannis Ritsos (1909-1990). Poeta, ensayista y político perteneció a la generación de poetas de 1930 al igual que Seferis o Elytis, similar a nuestra generación del 27. Quiero agradecer a Javier Sánchez su labor en su blog (https://paulatinygriego.wordpress.com/) que nos descubre joyas como esta que nos ayudan a entender mejor a los clásicos.

                          Η απόγνωση της Πηνελόπης

Δεν ήτανε πως δεν τον γνώρισε στο φως της παραστιάς· δεν ήταν
τα κουρέλια του επαίτη, η μεταμφίεση, — όχι· καθαρά σημάδια:
η ουλή στο γόνατό του, η ρώμη, η πονηριά στο μάτι. Τρομαγμένη,
ακουμπώντας τη ράχη της στον τοίχο, μια δικαιολογία ζητούσε,
μια προθεσμία ακόμη λίγου χρόνου, να μην απαντήσει,
να μην προδοθεί. Γι’ αυτόν, λοιπόν, είχε ξοδέψει είκοσι χρόνια,
είκοσι χρόνια αναμονής και ονείρων, για τούτον τον άθλιο,
τον αιματόβρεχτο ασπρογένη; Ρίχτηκε άφωνη σε μια καρέκλα,
κοίταξε αργά τους σκοτωμένους μνηστήρες στο πάτωμα, σα να κοιτούσε
νεκρές τις ίδιες της επιθυμίες. Και: «καλωσόρισες», του είπε,
ακούγοντας ξένη, μακρινή, τη φωνή της. Στη γωνιά, ο αργαλειός της
γέμιζε το ταβάνι με καγκελωτές σκιές· κι όσα πουλιά είχε υφάνει
με κόκκινες λαμπρές κλωστές σε πράσινα φυλλώματα, αίφνης,
τούτη τη νύχτα της επιστροφής, γύρισαν στο σταχτί και μαύρο
χαμοπετώντας στον επίπεδο ουρανό της τελευταίας καρτερίας

 

                           La desesperación de Penélope

No era que no le hubiera conocido a la luz del hogar, no eran
los andrajos de pordiosero, el disfraz, -no, había señales claras:
la cicatriz en la rodilla, el vigor, la mirada astuta-. Asustada,
apoyando la espalda en la pared, buscaba una justificación,
un pequeño plazo de tiempo, para no contestar,
no traicionarse. ¿O sea, que para ése había gastado veinte años,
veinte años de espera y de sueños, para ese desgraciado,
el barbicano empapado en sangre? Se arrojó sin voz en una silla,
miró despacio a los pretendientes muertos en el suelo, como si viera
muertos sus propios deseos. Y “bienvenido” dijo,
notando extraña, lejana, su propia voz. En el rincón del telar
llenaba el techo con un enrejado de sombras; y cuantos pájaros había tejido
con hilos rojos y luminosos sobre follajes verdes de repente,
aquella noche del regreso se tornaron gris ceniza y negros,
volando bajo en el cielo plano de su aguante último.
                                                      Traducción de Román Bermejo
 
 
 
 

domingo, 3 de noviembre de 2019

Pilar Pallarés
La semana pasada recibió el Premio Nacional de Poesía 2019 la poeta gallega Pilar Pallarés. Nacida en Culleredo en 1957 ejerce como profesora de literatura gallega. La obra premiada, Tempo fósil, nace de los sentimientos que le provocó la destrucción de la casa de su familia para ampliar el aeropuerto de A Coruña. Nuestro poema de la semana sirve de homenaje a una poeta que en una de las múltiples entrevistas concedidas estos días destaca su admiración por la energía de los adolescentes para emprender los cambios que necesita la sociedad.

            Hay una ciudad que me espera en el sur

Hay una ciudad que me espera en el sur
y es extraño que no tenga tu nombre grabado en las paredes


(necesito emborracharme
cerrar todas las ventanas que dan a esta tarde
necesito saber la cantidad exacta de desesperación que anida en
esta hora)


en el sur sé que hay una ciudad que me espera
es extraño nunca he vivido allí la tristeza de noviembre
no sé cómo será el rumor de los magnolios golpeados por la lluvia
cuando noviembre invada las avenidas
y sobrevivan las cúpulas solitarias sencillamente solas
bajo un cielo de invierno sin pájaros


no sé qué vibración de muerte se esparcerá sobre el río

en el sur

no sé si tus pasos sonaron alguna vez en las losas de la ciudad
(es extraño que no tenga tu nombre grabado en las paredes)
tendré que enseñar a sus habitantes
el perfil asombrado de tu rostro
tendré que asesinar sus tardes de tranvías y río
con la furia que he aprendido de tu mirada


pero en el sur

qué extraño será atravesar parques y plazas
masticar el viento enervado de noviembre
descender a los muelles
sabiendo que siempre hay una ciudad que me espera
y que no tiene tu nombre grabado en las paredes.