Nacida en Jerez de la Frontera en 1980 la poeta Sara Herrera Peralta es una de las más prolíficas autoras de la poesía actual. Aunque ha vivido en numerosos lugares, reside en el sur de Francia donde desarrolla su actividad como diseñadora gráfica y community manager. Su poesía sencilla y sin adornos tiene una vertiente social y comprometida como ilustra nuestro poema de la semana, en el que rinde un hermoso homenaje a su abuelo.
El abuelo me ha
mirado siempre
de frente.
De niños llamaba jarabe que lo cura todo
a la granadina
y nos contaba
el cuento del garbanzo.
Nunca lloró el
abuelo.
Ahora, con casi cien años,
me mira, sonríe y llora:
qué bien que hayas venido,
dice,
¿estás contenta en el trabajo?
Muy contenta, abuelo.
Y vuelve a reír y llora.
Eso es lo que yo quiero, prosigue.
Cuando algunos me preguntan,
extrañados,
¿por qué sigues estudiando?
-dos másteres, dos
carreras un posgrado-
yo callo, asiento y
también sonrío:
mi abuelo, nacido
sobre
mil novecientos diez,
lloró por primera vez cuando
su hija le dijo,
tiempo después de dejar los estudios,
papá,
quiero hacer enfermería.
La mujer nunca en la cocina.
Y yo sonrío porque
nadie sabe
que el orgullo o la fuerza
también se heredan.