La lectura de un artículo de Antonio Muñoz Molina hace unas semanas me llevó al poeta polaco Adam Zagajewski. La vida de este autor, Premio Princesa de Asturias de las Letras 2017, resume el mundo del siglo XX. Nació en una ciudad (Lvov, 1945) que actualmente pertenece a otro país, se crio en otra a la que le ocurre lo mismo. Fue primero un desplazado y después un exiliado. Según sus propias palabras: “Dondequiera que uno corte la vida, siempre la parte en dos mitades". Hoy da clases en una universidad de Estados Unidos y vive entre París y Cracovia. Su poesía ha sabido conjugar la ironía y el éxtasis, lo sublime y lo cotidiano, sin renunciar a la claridad pero tampoco al misterio.
Senza
Flash
Senza flash! «Sin flash!»
(exclamación que se oye a menudo en las galerías italianas)
Sin llama, sin noches de insomnio, sin ardor,
sin lágrimas, sin grandes pasiones, sin convencimiento.
Viviremos así: senza flash.
Queda y pausadamente, dócilmente, entre sueños,
las manos manchadas con la tinta negra de los diarios,
las caras grasientas de crema: senza flash.
Turistas sonrientes, camisas impecables,
Herr Lange y Miss Fee, Monsieur et Madame Rien
entrarán en el museo: senza flash.
Se detendrán ante el cuadro de Piero della Francesca, donde
Cristo, casi enajenado, surge de la tumba,
resucitado, libre: senza flash.
Quizás ocurra entonces algún hecho imprevisto:
se agite el corazón bajo el tejido suave,
se haga el silencio, destelle el flash.
Senza flash! «Sin flash!»
(exclamación que se oye a menudo en las galerías italianas)
Sin llama, sin noches de insomnio, sin ardor,
sin lágrimas, sin grandes pasiones, sin convencimiento.
Viviremos así: senza flash.
Queda y pausadamente, dócilmente, entre sueños,
las manos manchadas con la tinta negra de los diarios,
las caras grasientas de crema: senza flash.
Turistas sonrientes, camisas impecables,
Herr Lange y Miss Fee, Monsieur et Madame Rien
entrarán en el museo: senza flash.
Se detendrán ante el cuadro de Piero della Francesca, donde
Cristo, casi enajenado, surge de la tumba,
resucitado, libre: senza flash.
Quizás ocurra entonces algún hecho imprevisto:
se agite el corazón bajo el tejido suave,
se haga el silencio, destelle el flash.